FECHA 10º: RACING 0 - ATLÉTICO DE RAFAELA 1
Mucho más que doce pasos
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El equipo titular presentado el Domingo frente Racing. Foto: Diario Olé. |
(09/10/2013) Cosas extrañas suceden en el estadio del Racing Club, allí donde Atlético por fin se animó a jugar mano a mano de visitante y pudo traerse los tres puntos.
Cosas extrañas suceden allí, en ese mismo reducto en el cual la mística de jugadores como Asteggiano o el Tati Saavedra no fue suficiente para darle el título local a una Academia que sufría cada año por la sequía de campeonatos.
Esa necesidad impulsó por ejemplo a que en el Cilindro de Avellaneda se presentara el “Pastor Giménez” para intentar ayudar al club a conseguir un anhelo que para entonces significaba prácticamente un milagro.
Al parecer el pastor Gímenez tuvo menos éxito que el Tanque Giménez en Atlético, quien de todas maneras será siempre recordado por el hincha Celeste por haber sido el autor del primer gol nuestro en la historia del fútbol de la primera división. Extraña sensación agridulce provoca ese recuerdo.
Cosas extrañas suceden en el estadio de Racing, allí donde en la última visita nos retiramos pasada la medianoche esperando que salieran primero los hinchas locales.
Recientemente el Juan Domingo Perón fue testigo en sus tribunas de un ritual funerario dedicado a su eterno rival por su descenso.
Teniendo en cuenta todos estos antecedentes hubiese sido oportuna la posibilidad de que el equipo de Burruchaga se presentara con el uniforme alternativo, que tiene en su cuello cierta similitud con el hábito de algunas monjas.
Sin embargo, salimos a jugar con la Celeste y Blanca y quebramos el hábito de volvernos sin los tres puntos.
Cosas extrañas suceden en el estadio de Racing. Hay un factor común en todos los encuentros que jugamos en esa cancha, y que me parece al menos curioso, y es que en todos los partidos Racing -Atlético en Avellaneda se sancionaron penales, esa misma incidencia que permitió al Tanque Giménez quedarse en los anales Atletiquenses, aunque a muchos nos de por el… cuerpo una sensación rara, por no haber sido otro el autor, más representativo tal vez. Suerte o no, estos son los penales de Racing- Atlético:
En el 2003, cuando perdimos 1-4, Iván marcó para nosotros y Estévez para el local.
En el 2011 perdimos 0-1 y el disparo desde el punto penal fue de Teo Gutiérrez.
En el 2012 todos recordamos aquel 1-1 con los penales de Sand y Sara.
Y ahora en 2013, quedará el recuerdo de Albertengo gambeteando como el fenomenal Gonzalo Del Bono dentro del área, provocando la falta y la conversión desde los 11 metros del uruguayo Vera.
Pero para ser justos, lo que más vale rescatar de este partido es la actitud del equipo, que salió dispuesto a jugar de igual a igual de visitante, se animó a ganarlo y se llevó el triunfo sin discusión.
Ah, para agregar una dato más a la rareza de los penales en ese estadio, y perdón por el recuerdo, cuando perdimos contra Arsenal 2-3 en el 2004 uno de los goles fue desde los doce pasos, de Calderón, y para la calentura nuestra por aquel arbitraje tan particular del tan particular Colorado Bassi.
Algunos hablan de la lotería de los penales. En ese caso prefiero jugar con los números del Chipi Gandín en el remate o los de Sara en el arco.
Lo concreto es que este triunfo histórico del Celeste no fue de suerte ni por milagro, sino que llegó como consecuencia de superar a sus rivales: Racing y los miedos propios de jugar, incluso en una cancha ajena, en un estadio donde suceden cosas extrañas.
Arnaldo Rafael Celestini.
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